El “Árbol de Santo Domingo” que tiene sus raíces en el evangelio, se extiende por si baldaquín para formar las cuatro ramas clásicas: monjas, frailes, hermanas apostólicas, laicos.
La rama de los laicos dominicos aparece como una parte fructífera de nuestra Orden, que crece con un follaje abigarrado. Antiguamente llamada “Tercera Orden”, actualmente las “Fraternidades Laicales” son las más numerosas ya que cuentan con 150.000 miembros en todo el mundo. Otros grupos laicales, asociados a las Congregaciones de hermanas o a nuevas comunidades y predicación, con su Estatutos propios, han permitido que a la rama laical le crezcan unas 20.000 “hojas” más.
Igual que Santo Domingo, que hablaba “con Dios o de Dios”, los laicos dominicos también oran y meditan con regularidad- y, siempre que fuera posible en comunidad. La Palabra de Dios y los Sacramentos son las fuentes en que se basan su orientación espiritual y su energía apostólica.
El Estudio y Formación Permanente, a través de la luz de la fe, los ayuda a responder a las necesidades humanas fundamentales. Una Formación profunda a nivel local y regional capacita a los laicos dominicos para responder adecuadamente a los desafíos religiosos y sociales de sus entornos respectivos.
De acuerdo con el ejemplo dado por Jesús en su ciudad de Nazaret, la Familia, el Barrio, ahí como la Vida Profesional constituyen sitios básicos de predicación para los laicos dominicos. De este modo, ellos mismos se convierten en recíprocas Palabras de Gracia Vivientes.
En el mundo de hoy de comunicaciones crecientes, los laicos dominicos proclaman la Buena Nueva empleando los medios de difusión modernos, televisión e internet, como “Areópagos” públicos de actualidad. Cada vez más, los laicos están usando estos púlpitos seculares para predicar el evangelio.
Mayormente, en colaboración con las hermanas y frailes, de todo el mundo , están involucrados en la educación de los jóvenes, sirven de estímulo paraqué muchos de ellos ingresen en el “Movimiento Juvenil Dominicano” y que participen en distintos proyectos de misión apostólica.
Para los laicos dominicos ningún lugar resulta demasiado lejano , incluso los condenados a prisión perpetua, después de su conversión religiosa y como miembros del Capítulo de Laicos Dominicos, predican el perdón de la Misericordia de Dios, según la verdad bíblica : “cada santo tiene un pasado, y cada pecador , un futuro”.
La predicación de la solidaridad de Dios, especialmente a las personas que viven en condiciones de vida vulnerable y marginal, constituye un especial púlpito laico secular. De e este modo, las palabras de verdad resultan creíbles mediante las acciones que apoyan la dignidad humana y la confianza en sí mismo.
Los frailes s e dan cuenta cada vez más que los laicos no son sólo aquellos a quienes ellos predican, si no que son aquellos con quienes lo hacen, a menudo en proyectos comunitarios de Familia Dominicana. Entre las diferentes ramas se está desarrollando una gran estima y respeto mutuos. Se ha incrementado el Espíritu de la Iglesia entendido, “Misterio de Comunión”. Por lo tanto, los miembros de la rama secular del “Árbol de Santo Domingo” ya no son la “Tercera Orden”, si no que están integrados y asociados como miembros de una familia religiosa.