AMIGO DOMINGO

 

Cuando tengo la suerte de hablar de nuestro Padre Domingo a los niños que acompaño, intento que se acerquen a un verdadero amigo, a un hombre emprendedor, valiente, cercano… Y al final ellos acaban diciendo que es como un superhéroe, que luchó para hacer el bien.

 

Cuando quiero que los jóvenes conozcan a Domingo, suelen descubrir a un hombre de fe, de oración, coherente... Descubren un hermano que acompaña y cuida de los frailes y de las hermanas, a un maestro que busca la Verdad siendo capaz de dialogar con otros, sin imponer sus ideas...

Cuando soy yo quien intenta navegar en las profundidades de su persona me encuentro con un verdadero testigo, un hombre que desde La Palabra y con su vida quiere acercar a Jesús de Nazaret a aquellos que no le conocen, un verdadero contemplativo en la acción, un predicador itinerante. Domingo descubrió la dificultad que suponía la lejanía de la jerarquía eclesial con respecto a los demás miembros para hacerles llegar la Palabra. Él supo dar respuesta a las necesidades de la Iglesia y de la sociedad.

Además, nos dejó grandes desafíos a aquellos que seguimos sus huellas:

 

- Su modo de predicar, que parte de la propia vida y se caracteriza por la itinerancia, nos impulsa a estar siempre disponibles para la misión, a cuidar nuestras actitudes, a estudiar para servir mejor...

 

- Su sueño de vida fraterna nos invita a cultivar profundas relaciones de amistad, a vivir la predicación como ministerio comunitario, a orar con otros, a discernir los signos de los tiempos para juntos buscar nuevas respuestas…

 

Por eso en estos días en que recordamos (pasamos de nuevo por el corazón) a nuestro Padre Domingo, nos unimos todos los que formamos la gran Familia Dominicana para celebrar sus vida y renovar nuestro compromiso de fidelidad al carisma.

 

 

Inmaculada Pérez Lorenzo, DMSF

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